Un mínimo de setenta personas han muerto cuando una bomba de cloro ha estallado en el hospital de Duma, en Guta oriental (Siria), y cuando ha habido un segundo ataque con agentes químicos, entre ellos gases nerviosos, contra un edificio próximo, según que informa la Sociedad Médica Siria Americana (SAMS). ‘Setenta personas se han asfixiado hasta la muerte y centenares todavía se ahogan’, ha dicho a la BBC Raed al-Saleh, ninguno de la Organización siria de defensa civil, de lo contrario dicha Cascos Blancos.
El ataque ha sido atribuido al gobierno del presidente sirio Bajar al-Àssad, pero lo niega. La agencia de noticias Sana cita una fuente gubernamental que culpa el grupo rebelde Yeish al-Islam de ‘fabricar armas químicas en un intento fallido y expuesto de impedir los adelantos del ejército sirio’.